5 de agosto de 2011

Entrevista a SAHDES

[Nota del editor: Este artículo fue escrito por Lorena López, periodista argentina colaboradora de Ashoka Changemakers, y fue originalmente publicado enChangemakers.com.]


Alberto Vázquez es médico cardiólogo, autor de numerosas publicaciones científicas y emprendedor de Ashoka desde 2007. Considera que la salud debe basarse en el autocuidado y la prevención, y con esa premisa fundó SAHDES.org, asociación civil dedicada a promover la salud a través del empoderamiento de las comunidades y a la mejora del sistema de atención primaria. Actualmente, Alberto está colaborando como comentarista experto para el desafío Más Salud de Ashoka Changemakers con Boehringer Ingelheim. En esta entrevista, Alberto Vázquez cuenta su experiencia y por qué cree que estar saludable excede el campo de la medicina.

CHANGEMAKERS: Usted trabaja con el concepto de “salud positiva”. ¿En qué consiste?

VÁZQUEZ: En que más vale prevenir que curar. La salud depende, ante todo, de nuestro autocuidado (hábitos saludables) y del medio en que vivimos, y no tanto de tratamientos y medicamentos. A través de la educación, de mejoras en nuestro hábitat y del acceso a la atención primaria, lograremos que mucha menos gente se enferme y aumente la calidad de vida. Estar saludable no es igual a estar sano y es bastante más que “no tener nada”. El bipolo sano/enfermo es cuestión médica, estar saludable es mi tema.

CHANGEMAKERS: Dentro de este concepto de salud, ¿cuál sería el rol de los centros de atención primaria y de los hospitales?


VÁZQUEZ: En principio, el centro de atención primaria tiene la ventaja de estar dentro de una comunidad (evitando así los grandes desplazamientos de la gente para atenderse) y se ocupa de consultas programadas, seguimiento de pacientes con patologías comunes (hipertensión, diabetes, enfermedades típicas de la infancia) y control del niño sano y las embarazadas, todo lo cual representa un 85% de lo que le pasa a la gente. En cuanto al hospital, se obviarían los consultorios externos y quedarían para terapia intensiva, unidad coronaria, operaciones de gran envergadura y, por supuesto, como lugar de estudio y aprendizaje.

CHANGEMAKERS: Un cambio revolucionario en el sistema de salud, al menos de Argentina…

VÁZQUEZ:
Los médicos se han puesto en un lugar del saber intocable e incuestionable, donde a los pacientes no se les permite tomar ninguna iniciativa (ni siquiera del sentido común) y deben consultarlo todo con un especialista. Se dice que un médico es un profesional de la salud, pero en realidad en este sistema, donde lo que se hace es atacar una enfermedad en lugar de promover prácticas saludables, es más adecuado decir que es un profesional de la enfermedad. Las personas deben tener las herramientas para tomar las riendas de su salud.

CHANGEMAKERS: ¿Cuáles serían las mejores estrategias para que las personas inviertan en su salud antes de que llegue la enfermedad?

VÁZQUEZ: Es que esto ya está ocurriendo: hoy tenemos la mitad de la mortalidad infantil que en 1985, lo cual tiene que ver más con los cuidados que con los antibióticos disponibles. Otro ejemplo: la aceptación de la ley que regula dónde se puede fumar.

Las estrategias clave son la divulgación y el trabajo—aunque sea de hormiga—que se hace en los barrios donde el centro de atención primaria juega un papel fundamental pues la comunicación es uno a uno, se conocen a los pacientes con nombre y apellido.

CHANGEMAKERS: En relación a esto, se observa muy comúnmente un trato deshumanizado del médico con el paciente. ¿En la carrera de medicina se plantea este tema?

VÁZQUEZ: Hay universidades donde se apunta a mantener una currícula que haga hincapié en la humanización en el trato y la atención primaria. Pero en muchas otras casas de estudio, la premisa es formarse para luego hacer una especialización, entonces es otra mirada de la medicina.

CHANGEMAKERS: ¿Cómo surgió la asociación civil Salud, Hábitat y Desarrollo (SAHDES)?

VÁZQUEZ: Nació en 2003, debido a un sentimiento de insatisfacción con la medicina que se ejerce. Creo que estamos sobreinterviniendo en la gente, lo que ha generado una “medicalización” de la vida. Esto es negativo desde muchos puntos de vista: puede generar daños involuntarios (operaciones innecesarias, un fármaco recetado “por las dudas” y que genera efectos adversos), convierte a la persona en una especie de máquina a la cual se ponen y le sacan cosas y se rotula todo. Por ejemplo, antes una persona podía estar simplemente triste, mientras que ahora se la tilda rápidamente de depresiva.

CHANGEMAKERS: ¿Cuál es su forma de trabajo?

VÁZQUEZ: Desde SAHDES, creemos que un buen sistema de salud es donde participa el interesado. Con esta idea, trabajamos en centros de atención primaria con programas comunitarios en distintos barrios y promotoras de salud que tienen la función de brindar ideas lógicas de cuidado a la gente. Ahora comenzamos con el programa MAMI (Módulo de Acompañantes Materno-Infantiles) pensado para acompañar durante todo el embarazo a madres de alto riesgo. Son vecinas a las que capacitamos técnicamente para que “le hagan pata” a las futuras mamás en situaciones de riesgo social, que no tienen contención familiar y que están solas. Esta promotora vecina es de gran ayuda y de mucha importancia durante el período de gestación. Y no tiene nada que ver con la medicina.

Para mayor información sobre el trabajo que realiza SAHDES, puedes visitar su blog institucional.

Foto cortesía de SADHES