Como cada viernes, el pasado 26 de junio los chicos de la escuela Alte. Irízar participaron de los talleres de teatro y periodismo.
En el primero, hubo un cambio en la rutina, ya que se trabajó con los dos sextos juntos. En un principio, esto generó resistencia por parte de ellos, teniendo en cuenta que están en "la edad de la vergüenza": se quejaban porque nadie quería trabajar con el otro curso, se iban, se escondían. Finalmnete, tras ponerse un poco firme y ladrar un poco, se logró formar una ronda bien separada, ahora entre varones y mujeres. Como en la clase anterior, los chicos continuaron representando el cuento del señor y la señora estornudo, haciendo acciones cotidianas, mezcladas con "achises". Mientras algunas nenas lo hacían entusiasmadas, los varones se apoyaban contra la pared y miraban a la profe Andre y cada tanto se les escapaba alguna risita por alguna payasada de ella, pero la situación no era muy prometedora. Cuando se les preguntó a los chicos de qué trabajaban los protagonistas de la historia, Franco respondió que él no era un hombre sino un chico, lo que dio pie a distinguir entre fantasía y realidad y la posibilidad de dejar volar la imaginación. A partir de ahí, los varones propusieron armar una empresa: un banco dos sillas y dos empresarios aburridos. Las chicas tuvieron más dificultades en ponerse de acuerdo, como siempre las mujeres son más diversas: restaurante, hospital, deportistas, policías. Aparecieron entre los objetos una laptop y un mouse y la empresa comenzó a cobrar vida; empezaron las ventas, las recaudaciones, definieron la empresa como una distribuidora de leche, armaron un camión para transportarla, había dos guardias de seguridad en la puerta.
En periodismo también se alteró la dinámica de la clase. Esta vez, los chicos de 5ºB diseñaron una guía de ocho preguntas para visitar la posta sanitaria y conocer su funcionamiento y comenzar a formar un vínculo con el personal de allí.Si bien la recepción fue amable, recién pasado un rato, el ida y vuelta entre entrevistados y entrevistadores empezó a ser más cálido.
Una vez de regreso, todos se mostraron contentos y satisfechos por la tarea periodística. Con tan buenos resultados, y dando cuenta de la alegría de los chicos por salir a observar y recorrer su barrio, se está analizando alternar las clases en el aula con este tipo de trabajo de campo. Además de su demanda, este "salir al mundo" fomenta un contacto más directo entre los los chicos y los adultos, ya sea los propios docentes o de otras instituciones, y permite conocer su mirada del mundo desde otra perspectiva.
Este tipo de actividades se proponen como maneras de estimular su pensamiento crítico, conocer su mirada del mundo, concientizarlos sobre sus derechos para que a largo plazo sean promotores barriales o líderes sociales,
A lo largo del año, hay un seguimiento de cada chico, para entenderlos, acercarlos y lograr que encuentren su espacio en la actividad y en el grupo.